Soy adiestrador canino con años de experiencia en entornos reales, no en aulas o platós. Empecé resolviendo los problemas de mi propio perro y eso me llevó a especializarme en conducta, comunicación y convivencia.
Me importan los cambios reales. Por eso solo ofrezco servicios que domino y puedo ejecutar en condiciones reales. No creo en corregir síntomas sin mirar el entorno, ni en usar palabras técnicas que complican lo fácil.
No soy una empresa, no mando a otros. Me ocupo yo de cada sesión. Por eso puedo darte un trato que tiene en cuenta cada detalle, sin pasar por filtros ni intermediarios.
Me adapto a la rutina y a los espacios donde ocurren los problemas. Así cada indicación tiene sentido. Me fijo en cada gesto, cada reacción y cada duda.
No necesitas estudiar etología para entender a tu perro. Explico todo con ejemplos, comparaciones simples y acciones concretas.
Una sesión no basta. Por eso acompaño más allá del primer encuentro. Evaluamos avances, resolvemos dudas y afinamos cada paso.
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