Cada servicio responde a necesidades concretas y está pensado para aplicarse desde el primer momento. Actúo desde dentro de la casa, en los lugares donde realmente aparecen los problemas.
Entreno directamente en el entorno donde vive el perro porque es donde surgen los retos. Así puedo observar el vínculo con la familia, las rutinas y el manejo diario. Las sesiones son prácticas, con explicaciones que puedes aplicar en cuanto terminamos.
Los primeros meses son clave para evitar problemas futuros. Aprender a transmitir lo que queremos a nuestro perro y entender lo que nuestro perro nos demanda o necesita: cómo enseñar límites, organizar la rutina y fomentar buenos hábitos.
Trabajo contigo en lo que ocurre dentro y fuera de casa, desde los paseos hasta la interacción con visitas.
Si hay ladridos excesivos, ansiedad, inseguridad o agresividad, no basta con corregirlos: hay que entender qué los causa. Analizo cada conducta con calma y sin etiquetas. Te explico por qué ocurre, cómo prevenirla y qué hacer en el momento justo. No damos por hecho nada.
La reactividad suele generar frustración. Por eso trabajo para que entiendas los detonantes y sepas cómo actuar antes de que ocurra. Analizamos juntos cuándo y dónde aparece, ajustamos la exposición y mejoramos el manejo.
Después de la sesión, no desaparezco. Hacemos seguimiento por mensaje o nuevas visitas si lo necesitáis. Esto permite ajustar lo aprendido, resolver bloqueos y confirmar que vais por el camino correcto. No hay un calendario fijo: avanzamos según la evolución de la mascota.
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